Para la gran mayoría, termina la semana laboral, aunque igual mañana y el domingo, muchas cosas todavía tendremos que hacer. Pero hoy es viernes y hay que aprovecharlo. Ya en las calles veo los mazacotes de autos (no aprendemos), veo a “gandallas” metiéndose a otros, creyendo que cinco segundos harán alguna diferencia. Veo papás y mamás con cara de enfado, o de tensión por llegar y dejar a sus hij@s en la escuela y poder seguir con su día.
Yo, aprovecho por hoy que ando en la bici y con mi propio ritmo, que no el de la ciudad, voy disfrutando las calles. Tomando ventaja de bailar a mi propio ritmo llego aquí por un café para que el día “agarre”. Viene mucho que hacer, más por vivir, y todavía mucho más por descubrir en esto ajetreado y desorganizado conglomerado de gente que se pretende ciudad.
Pero antes que empezar con juicios, criticas o propuestas, a lo que iba… simplemente es viernes!
Vamos a vivir el día, empecemos tranquilizando nuestras ansias, otro día como este no va a venir, es día para exprimirle cada segundo, cada rayo de sol, cada jirón de viento que cruce frente a nosotros, para practicar la sonrisa al compañero, al amigo y quien quite hasta algún desconocido que cruce por nuestro camino.
Viernes para entregar con todo lo que nos toca hacer, trabajo, disfrute, fiesta, descanso… plantearlo e ir por él con todo.
Porque nos merecemos un buen día, estamos aquí para hacer de este un mejor mundo, un lugar para el que nosotros no somos dueños, sino sus cuidadores, y tenemos el encargo de entregarlo, sino igual, si mejor de cómo lo recibimos… así que a vivir el viernes no?