La Madre Bugas

Martes, el día apenas empieza. Ya llevo algunos minutos sobre mi rila cuando llego a la terracería, luego del primer trepadón en Bugambilias, Bugas para los cuates. Ya el frío de estos días de Enero se a escurrido de mi cuerpo a fuerza del sudor que me costó el primer tramo de la trepada. Nuestro “invierno” tapatío, es corto… podría contarse con los dedos de mis manos, aunque haya tantas y tantos (que no dije tontos…) fresas que andan por ahí con sus botas para esquiar y chamarras polares como lo snob que son… en fin, me estoy saliendo del carril, jeje. Vamos regresando, con la ruta aquí mostrada:

Decía yo que ya estoy rodando en la terracería de esta clásica ruta escondida en mi urbe. No he dejado de trepar. Esa es la magia de esta ruta; esta diseñada para hacerte despertar,  y casi desesperar. Un lomito da paso al siguiente y al siguiente. Pero el “core”, el punto de quiebra, el meollo del asunto es la “madre bugas”. Esa trepada de no más de 400 metros, te hace subir 50 metros de un jalón, son aproximadamente 12% de pendiente positiva, que creánme, son pesados… si son de respeto en las carreras de ruta que van por pavimento, ahora súmenle terreno accidentado, piedras sueltas, arena floja, grietas en el camino, “topes” naturales…

Lo que le toma a cada uno rodar esta trepada varía, para mi son entre tres minutos y medio y cinco minutos, durante los cuales desaparezco del mundo, o más bien, lo veo desde otra perspectiva, no sé, desde arriba, desde otro lado, desde adentro, desde abajo. Entro en un trance que es muy difícil de plasmar aquí con las palabras que conozco. Es un sentimiento que me llena, que me funde con todo, con lo que voy viendo, con los árboles que van bordeando la brecha, voy viendo el metro que esta por delante de la rueda delantera, escucho el roce de la rueda trasera en la tierra, puedo decirte en donde estoy cruzando sobre piedra, o sobre un agujero de jal y puedo percibir y sentir como las pequeñísimas piedras se empujan entre sí cuando las llantas las pisan y las hacen a un lado conforme voy rodando, metro a metro hacia el final de esos 400 metros.

Aquí el tiempo pierde la definición que conozco de él, si, es como si se estirara, como si a la vez se encogiera y diera vueltas en sí mismo, mis pensamientos brincan de un lado a otro, voy recordando el despertar, recuerdo rodadas anteriores y cómo me sentía en algún otro día a pleno rayo de sol. Hoy no hay sol, apenas amanece y además un banco de nubes vino a verme trepar Bugas, así que me tapan el sol, con eso empujan una brisa fría que le da ese saborcito que me recuerda a estar sentado en ese café ahí por Chapultepec, una tarde de verano después de la lluvia vespertina… así, de repente reaparezco aquí sobre mi bici, veo que estoy más cerca de terminar la “Madre Bugas”, unos metros que se hacen kilómetros, o centímetros, no te lo podría explicar con precisión, sólo se que después de una pedaleada debe de venir la siguiente. El futuro y el presente se desvanecen uno en el otro cómo los amantes románticos lo hacen (si lo saben, no se hagan), y éstos se conjugan con el pasado, y miro de nuevo a la brecha, estoy llegando a las ruinas de esas rejas que algún paralítico mental (quién dijo político???) puso hace tiempo y, que afortunadamente esta vez, fueron derrotadas por el sentido y el bien común, que miran al futuro en lugar de, miopemente, solo ver el fondo del bolsillo.

Hurra!!! estoy aquí, he trepado la “madre bugas”, he resuelto los problemas del mundo no se cuántas veces, en este trayecto de 400 metros, en menos de cinco minutos, encontré mi razón de ser, de existir, al menos en lo que respecta a este instante de mi vida. Y esta canija trepada, simplemente me sonríe y me susurra, “hey!, focus… sigue la subida, no dejes de pedalear, recuérdalo…”, y sí, es cierto, sabia que lo es, como la vida, me hizo esforzarme, sudar, explorar mis adentros, vislumbrar mis miedos, pero a la vez descubrir mis fortalezas, y me deja continuar, porque más adelante, antes de terminar mi rodada habrá más trepadas que subir, más metros por recorrer, más ruta para disfrutar!!!

Así es Bugas, así es la “madre bugas”!

Aquí inicia la madre bugas...

Aquí inicia la madre bugas…

Ro

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