Rodar por rodar

Rodando cada uno persigo sus metas, unos van tras la medalla y el récord, otros van tras el titular en el periódico; se convierte en un trabajo para ellos. Otros van buscando genuinamente que se dé más espacio a este vehículo en beneficio de la ciudadanía (aunque ésta no lo entienda). Otros simplemente para salir en foto, allí atrás, sin hacer nada; se convierte en una bandera política, en una excusa para la grilla y hasta financiar su desayunos.

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Pero hoy no haré grilla ni buscaré una nota columnera. Hoy pongo esta foto de un breve momento en las entrañas de mi bosque. Sí, mi bosque la Primavera, aunque a muchos les cueste pensar que el mismo no pueda existir si ellos no son los dueños. Aquí íbamos, de izquierda a derecha, Rommel, Eria y Pablo… rodando simplemente por el gusto de rodar, después de una azarosa trepada a Planillas, cansándonos sin buscar otro premio que no fuera lograr subir en nuestra bici hasta la Torre y disfrutar la vista o sencillamente decir: lo logré!, no es así Rommel, Eria, Pablo?

Luego arrancamos hacia el espinazo del diablo, pasando por esta zona que creo se conoce como “pinitos”, genial bajada, entre árboles, raíces, piedras que parecieran moverse solas, pendientes y peraltes que inyectan de adrenalina todos nuestros músculos. La experiencia no es garantía, siempre debemos de rodar este sendero con respeto y la atención al cien por ciento.

Así, es el día de hoy, un post sencillo, que describe un momento, un breve alto en el camino, fue una ruta de más de treinta kilómetros, que resumiendo, me recordaron el gusto de rodar por rodar, de compartir lo que vamos aprendiendo, de revivir aventuras, disfrutar la compañía de cada uno y una, es un ingrediente que sazona cada rodada, se extraña de repente a los que no coincidieron, pero como dice mi Sensei… estuvimos los que tocaba estar.

a seguir rodando no?

Ro

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