Antes de que pasen meses, me asomo a esta ventana y me pongo a escribir estas líneas.
Unas pocas nada más, para no dejar pasar la oportunidad de compartir lo bello que es rodar… en sitios que he rodado desde hace años y en los que aún sigo descubriendo lugares especiales…. Como este paraje en la mitad de la rodada… luego de un buen rato de exploración, rectificar camino, brincar cerca, abrir puerta, cerrar puerta, tantear veredas, aguantar subidas, gozar bajadas… Claro que todo valió la pena para poder pasar por ahí aunque hayan sido solo unos minutos, claro que valieron la pena!!!
Es como la vida misma. Tenemos que estar atentos porque lo que vale la pena llega en el momento que uno menos espera, pero no llega si uno esta estático, haciendo lo mismo de diario, aunque estes en el mismo lugar siempre. Hay que estarse moviendo, pero desde dentro, desde la fuente de tu mismo ser, tu espíritu, tu alma, tu mente impulsan al cuerpo y lo que en este plano nos rodea, solo así podremos luego del esfuerzo, de los goces, de las friegas, tener momentos que valen la vida misma.
Uno no recuerda lo grato que es disfrutar hasta que volvemos a sudar esa trepada de locos, ese derrapón de la llanta que nos despierta y tensa todos los músculos para mantener la vertical. Pero bien vale la pena porque en ese trance volvemos a ir descubriendo que la meta no es al llegar, sino el recorrer. El objetivo no es lograr un final, sino coleccionar caminos. Lo importante no es triunfar, sino superar todas tus dificultades… sólo así te das cuenta que puedes detenerte por el simple hecho de quererlo y pararte, mirar alrededor y disfrutar del momento….
Ya para acabar vamonos despidiendo con este recuerdo… llegar es volver a empezar, una subida siempre esta luego de bajar, un disfrute es el otro lado del esfuerzo… y si seguimos subiendo, hemos de bajar a todo dar!!!
Vamos pues que hay que continuar… a rodar!
Ro