Los caminos cada uno los va recorriendo. Es una falacia pensar que el destino, que dios o que Dios nos tiene un camino establecido. El universo es demasiado vasto para dedicarle a uno la atención o marcarnos una ruta hacia cualquier lugar. El universo es generoso y tan lleno de recursos que simplemente está ahí. Espera que cada uno de nosotros se mueva por sí mismo hacia donde crea que es mejor para cada quien.
Y si no, pues eso no le afecta al universo, al destino, a dios, a Dios, eso sólo le incumbe a cada uno. Pero es una simple tesis, ya a cada uno nos tocará comprobarlo, jeje…
Por lo pronto, aquí unas pocas tomas de los caminos que me han tocado recorrer…
A veces, los caminos están trazados pero aún así uno va sobre ellos y a la vez no. Somos y no somos a la vez. Nuestro ser está y no está. Nos desplazamos a través de dimensiones que aceptamos, percibimos pero a la vez no entendemos del todo. Lo vemos pero no lo podemos tocar.
Hay caminos que de repente se abren ante nosotros donde no pensábamos que pudiera haber alguno. Cuando vamos cruzando desiertos, estepas, lomas cubiertas de jardines sembrados de piedras, ovejas buscando agua o alguna raíz que mordisquear, vemos de imprevisto un camino lleno de verde, de fresca sombra. Lienzos de piedra y pinos que no deberían estar ahí.
Veredas ocultas al ojo despistado y hundido en el ajetreo diario, simplemente ahí, esperando a quien quiera descubrir algo que está más allá del estrés de lo usual, de lo “normal”.
Nos toca luego encontrar caminos francos, de esos que invitan a simplemente detenernos unos momentos, de saber que no hay prisa, que el tiempo en sí no existe, que la agenda no tiene una razón vital en nuestra existencia. Que no somos quienes siguen la manecilla o el pulso del cuarzo sino quienes hacemos que éstos tengan una razón de existir. Así, detén tu rila, déjala descansar, mira hacia adelante… el camino no se va… tú vas a él, tu lo recorrerás, tú serás su razón de ser.
Y al final, o será al principio? quizás sea a la mitad de tu recorrido, quizás ni sepas en que momento estás. Pero tendrás momentos en que no verás un camino, pero no porque no exista. Ahí está, sin pendiente, sin prisa, sin horario… está. Esperando, armándose quizás, preparando lo mejor para tí, porque siempre en nuestra vida hay un paso más, una huella que dejar, sea en el viento, en la tierra, en el agua o en el recuerdo de los que junto con nosotros, venimos a este hoy, a este punto de la historia a seguir por los caminos, cada quien el suyo, cada quien a su propio destino.
Ro
Mi estimado Ro
Un poco tarde, pero me di el tiempo para poder leer tu reseña, la cual disfruté, vives el ciclismo de una manera peculiar y eso lo trasmites con tus pensamientos y con tus plantas para compartir con nosotros.
Gracias por eso!!
Me gusto la parte donde dices: “ Veredas ocultas al ojo despistado” y es correcto, los ojos despistados generalmente no ven muchas cosas de lo que es la esencia de la montaña.
Saludos Amigo!
Gracias por tus comentarios Viktor! a seguir rodando que aún hay mucho que descubrir; paisajes, colores, amigos…