Regalos de una rodada tempranera…

Hola,

Aprovechando unos minutos del día, levantándonos con el sol, nos adentramos a la mosca, hoy a ritmo de camara… si, atentos a descubrir esos rincones que generalmente pasamos sin ver. Esos recovecos que aparecen por momentos y luego cambian de lugar, cambian de forma.
Para mis amigos “chochenteros”… no alcancé a ver pitufos esta vez, pero estos bien pasarían por sus casas…

Un poco más adelante, a la mitad de la subida de la mosca nos topamos con el famoso “puente”, que ahora invita a bajar de la baika y cruzarlo a pie, por aquello de no atorarse y visitar el fondo de esta arruga natural…

Aquí nuestros mudos testigos de una rodada “de fábula”, entre duendes escondidos, hongos con figuras artísticas, colonias de musgo que parecen arrastrarse por entre las hojas, algunas de ellas que recolectan el agua de las nubes y sirven de piletas a los animales del bosque….

Y así, el bosque sólo sus propios susurros, silencio para nosotros, así lo dejamos, cruzamos sus brechas y en paz nos retiramos, para luego volver a rodar y gozar con él.

Gracias vida, gracias…

One Reply to “Regalos de una rodada tempranera…”

  1. Que buenas fotos, siempre pasamos como bien dices sin tomarnos la moletstia de disfrutar el bosque a otro ritmo, no quiere decir que bajar rápido sin poder desconsentrarte de lo que está delante de ti porque un distractor puedes ser la diferencia entre seguir sobre la bici y caerte o subir esas cuestas pensando solo en cuando se va a terminar, en hacer los cambios en no toparte con ninguna piedrecilla que detenga tu marcha y en mil cosas que te impiden ver el paisaje circundante….pero que bien se disfrutan ambas actividades como ya lo mencioné los ritmos son distintos

    un saludo
    El Arbustito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post

Obsidianas

Estaba trepando por cornisa con la potente cuber. Ahí la llevamos en el “embone” ciclista-rila. Con un poco de constancia y continuo rodar nos vamos conociendo.   Uno va bajando a toda velocidad (la que uno se anima), y solo escucha como si fuera atravesando un tapete de vidrios, así que redoblamos el cuidado para […]

una vista muchas miras

Cuando rodamos nos encontramos con la magnificencia de un planeta lleno de vida. Podemos ver más allá de lo evidente (diría León O). Rodando, nuestra visión se extiende más allá de las paredes y ventanas de oficinas, talleres, casas y edificios de la ciudad. Descubrimos que no venimos para simplemente pasar los días yendo y […]

El cazo de experiencias…

Ahora no ruedo, y durante unas semanas, así será… Pero dicha la del humano, tenemos los recuerdos y la memoria. Tenemos la llave al pasado y al futuro y eso me permite ver de nuevo mis rodadas, las solitarias; ganándole al sol su salida y sintiendo el fresco amanecer. Las que quizás se planearon con […]