Vallartazo 2024

Día 1

He aprendido que a veces las cosas no se deben forzar. Este es el caso. Casi 5 meses han pasado del Vallartazo 2024 con el Kaiser (tío Kay para los compas). Pero no me apresuré a elaborar esta reseña. Han pasado algunos días, otras rodadas, pero la experiencia rodando esos 2 días por la sierra, subiendo y bajando montañas, cambiando entre los bosques, la selva, las veredas, los caminos, la carretera, los pueblos y rancherías, eso no se ha borrado, no se a difuminado. Todo lo contrario, me siguen evocando buena vibra y se me dibuja una sonrisa, tanto en el alma como en mi rostro cada que me fijo en alguno de los muchos recuerdos cosechados durante la travesía.

Viernes por la mañana, ganándole al sol por poco nos preparamos a la orilla de la carretera. Con la emoción, el nervio, la sed de aventura. Fuimos armando a las protagonistas y nos fuimos armando de valor para arrancar hacia la virgencita, a más o menos seis kms del punto donde arrancamos, 6 kms que me supieron a 10kms… La primera anécdota, del Vallartazo, al buen Jesús, el nuestro, no el de María… le jugó una mala pasada la maza de su llanta trasera que dijo “no, yo no voy. Y tuvo que abortar la rodada y esperar al camión para vivir un Vallartazo desde el la baranda.

Este primer día de rodada se pinto como un esfuerzo continuo, unos 35 kms pero con unos nada despreciables 1,100 mts de altimetría que superar. Segunda anécdota para esta edición… el bautizo de fuego en la rila para mi cuñado Andrés, que soportó y superó con creces el reto y al que perdí de vista en las primeras subidas, allá adelante con la avanzada. Fuimos a encontrarnos con él y otro compa primerizo en estás andanzas… Luis, que también demostró que cuando nos proponemos superar un reto, es cuestión de voluntad y preparación para poder llevarlo a cabo. Que gusto me dió y me da haber podido acompañarlos en este reto, como también a David e Ian, padre e hijo compartiendo la aventura, los sinsabores del arranque, los mareos, pero poco a poco fueron siendo superados con la mejor medicina… el aire fresco de la montaña, el esfuerzo y la compañía de una alunínica con la que simbióticamente vamos rodando por las veredas de esta hermosa tierra.

Aparte de los primerizos es una dicha reencontrarnos con viejos camaradas, el Cabral, a quien un calambre le jugo una mala pasada y aunque se repuso, luego también su baika andaba quejándose ahí a media sierra… pero salió avante y nos vimos en el mágico pueblo de San Sebastián del Oeste, ya algo más tarde. El Jair, que volvió, demostrando su resiliencia al esfuerzo y la carrilla.

Así como los grandes amigos que no dejamos de vernos por más que tardemos en coincidir… los de Tala, los Huaxtla, los Estrella y Neftalí, y el máximo tío, el Kay que nos reunió para una rodada que difícilmente podremos olvidad pronto, gracias a dios.

Al ir llegando a San Sebastián del Oeste nos fuimos reuniendo los grupos y compartiendo la experiencia y las cervezas claro! Para luego ir encontrando cada uno sus comidas sus descansos, sus más cerveza, su cena y sus sitios para descansar… preparando la continuación de la aventura.

 

Día 2

5:00am, domingo… despertar!

Locos somos y en el camino rodamos… los únicos creo que estando en este maravilloso pueblo minero de San Sebastián del Oeste, luego de una travesía lograda el día anterior, nos levantamos antes que los gallos canten y nos preparemos para dejar nuestras apacibles camas para vovler a enfundarnos en nuestras licras, jerseys, bermudas, chamarras y cual arrieros, nos enfilemos con nuestras rilas y maletas hasta encontrar el autobus a la entrada del pueblo.

El plan, salir en punto de las 6:00am o bueno, 6:30am con rumbo a la Estancia, pueblo al borde de la carretera que llega a Puerto Vallarta, pero que para nosotros es el inicio del reingreso al último brazo de la sierra que nos separa de nuestra meta. jeje, un brazo de 3 bordes que habría que trepar.

Fueron casi 900 metros de altímetría, pero este día, casi 50 kms recorridos en sierra… desde bosque de conífera a selva tropical y caducifolia.

Luego de las indicaciones finales y las encomendaciones a los dioses (cada cual al suyo) salimos aún cubiertos con la fresca cobija previa al amanecer… pequeñas lucecillas que parecían luciérnagas en el alargado valle desde San Sebastián de Oeste hasta la Estancia.

Ya ahí, brincando carretera nos internamos de nuevo en caminos rurales y terracerías que nos llevaron a remontar este brazo que les comentaba de la Sierra Madre Occidental.

Siempre es la misma… va a estar fácil, ya es bajadita, ya vamos al mar, que tanto puede ser? Pero no, siempre cuesta lo mismo, frío al iniciar, calor, humedad, luego otra vez fresco… hay que subir, luego bajar un buen, luego volver a subir, luego bajas, y así… como niños en recreo del kinder, en el sube y baja… para rematar con una sección que ni rodar se puede… bueno, hablando de los mortales… jajaja. Pero luego. ya se llega a potrero de Mulas (nunca he visto una por ahí)… algunos tercos, pero van en bici, jeje.

En plena acción de reparación zapatera…

Pero ahí confirmé nuevamente que la bicicleta es más que sólo rodar, es ser inventivos, es apoyarse, es ir unos con otros… cuando a mi cuñado se le despegaron las suelas de sus zapatos, con las grapas… lo cual iba a dificultar mucho llegar a la meta, surge la voz de apoyo de Ian y de David… “Cinchos” y luego nos encontramos un pedazo de cámara de bici, si, a mitad de la sierra… todo abonó a darle un poco más de vida a sus zapatos. Con eso tuvo para completar la travesía junto con todos los demás!

Y aquí el resultado de la ingeniería de alto nivel para el MTB!

 

 

 

 

 

 

 

Y al final de la jornada nada cómo llegar a cabeza de playa… nuevamente, logramos lo planeado. A recoger la cosecha del esfuerzno, no sólo de 2 días. Cada quien a su medida, cada uno nos preparamos para abordar el reto, vencer nuestros porpios miedos, superarnos a nosotros mismos y no dominar a la naturaleza, sino llegar como una parte de ella y hacerle ver que juntos somos imparables, que juntos descubrimos que somos más fuertes de lo que creemos y que en la humildad del esfuerzo de cada pedaleo logramos un superar un reto que para muchos parece imposible… el Vallartazo de ese 2024!

Salud y gracias!

7 Replies to “Vallartazo 2024”

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