Va que va!
Parece que me hubiera tomado más silencio del necesario ya que han pasado poco más de dos meses después de mi último post. Ya, finalmente estamos aquí de regreso. Pero sólo aquí, porque las rodadas no se han detenido gracias al universo, a los amigos, las rutas, las invitaciones y mi voluntad, claro!
No ha estado mal este verano. Si mis cálculos son correctos llevamos rodados apróximadamente 450 kilómetros! Y no nos hemos limitado por la geografía. He podido compartir la ruta con muy buenos viejos amigos, y con los buenos nuevos amigos, hemos recorrido rutas en Irapuato, Guanajuato, apadrinando a el Doc Moreno en su nuevo bólido de aluminio por rutas en colinas que suben y bajan por el centro del Bajío.
He vuelto a rodar a mi querido bosque, la Primavera bordeando la ciudad de Guadalajara con muy entrañables amigos con los que descubrimos el gusto de arrancar horas a nuestro ocio y ofrecerlo en prenda a nuestro propio bienestar difrutando por las veredas de ese milenario bosque, que a pesar del propio hombre sigue presto a protegernos y mostrarnos como vivir en armonía con el regalo que la naturaleza es.
Y no se diga que ya domino las rutas potosinas, que aún estamos lejos de ello, mejor sigo conociendo y apreciando estos rumbos y estos andares. Rutas de piedra, espinas y polvo que hemos de convertir en amigos para lograr el permiso de estos lares de rodar y disfrutar con los nuevos amigos que seguimos conociendo por acá…
Días de sol y de viento, de nubes y brisa, de risa, de esfuerzo y sudor, de subidas, bajadas, llanos sin fin y crestas retadoras que no nos dan tregua, pero que no hacen más que sacar de uno lo mejor, lo que ni uno mismo conoce y que al descubrirlo nos hace crecer y crecer… y lo mejor, no se queda en la ruta, en los pedales, en el manubrio, en el sillín… viene conmigo a diario, en casa, en la oficina, en la calle… porque no sirve de nada rodar y descubrirnos a nosotros mismos en las rodadas si no regresamos y lo compartimos con los nuestros, y con los no tanto, si no ponemos nuestro grano de arena, no importa que pedaleemos miles de kilómetros… no se notará nuestra huella.
a seguir rodando!… o no?