Somos muy buenos los humanos para esto de los “reinicios”, nuevo arranque, otro año…
Pues subámonos al barco y procuremos hacer lo mejor para lo que viene. Hace ya unas semanas de mi última entrega. Vino un período bastante agradable de festejos, de descanso, de desconecte, de viajes y acercamientos. Fue un buen período.
Dejé de lado un tanto las rodadas, y claro, regresar a las dos ruedas me ha costado trabajo y, entre la brecha y mi alumínica se han encargado de cobrarme. Recuerden la frase trillada, sin afán de ofender a nuestro querido género contraparte. La bicicleta, o más general, rodar es como la novia, si no la atiendes como se debe, te la va a cobrar al doble!
Y así ha sido, pero no hay “porrúm”, contento pago. Vienen las rodadas clásicas, los planes para mejorar, para superar nuevos retos. Nuevos planes, recordar senderos, re-subir las cuestas…
Como los retos que tenemos como nación, como México. Me disculparán que me meta un tanto en estos avatares, pero es algo con lo que nos llegó este 2014. Durante el interludio entre el viejo 2013 y este deslumbrante 2014, tuve la oportunidad de visitar varias ciudades del bajío mexicano. Encontré y redescubrí la belleza de esta tierra y la calidez de la gente que se la ha aventado (o la han aventado) a vivir aquí.
Lamentablemente, y es una realidad, mi México, nuestro México esta pasándola mal. En parte por la herencia que un par de generaciones previas a la nuestra dejaron de hacer y se dejaron caer en el sopor de un confort mal entendido y en parte por lo que nosotros mismos estamos dejando de hacer por no perder lo poco que nos queda. Si se fijan es una muy pobre manera de ver la vida. Hemos dejado de arriesgar, sin darnos cuenta que no tenemos nada que perder. Y todos estos pensamientos e ideas me salen no sólo por pláticas con mi mujer, o mis amigos, o mi hijo… brotan también cuando voy rodando.
El otro día iba en mi bici por las calles infestadas de automóviles, y vi lo terco y egoísta que somos como sociedad, peleándonos por ganarle el paso al otro, como si con eso ganáramos algo… como si con meterse en sentido contrario fuera uno a llegar en la mitad del tiempo. Que cortos de visión somos… me recordó una frase que leí y vi en una película: “Recuerda quien es el verdadero enemigo”… nos queremos desahogar de que el gobierno suba el costo de la gasolina? del camión?, de la comida? de que sólo suban exageradamente los sueldos de sus compinches? que se exenten de pagar impuestos toda la bola de pelagatos que rondan en los congresos y alcaldías, que los plurinominales sigan paseándose sin hacer nada y peor, que haya tantos otros poco-patrias que esten formaditos para sumarse a las listas de los “pluris”…
Pues no vamos a lograr ningún cambio aventándole el carro al vecino, al ciclista o al peatón que la hace de banderillero por las calles… se va a lograr cuando nos agarremos los que tenemos y dejemos de decir “pues ya subió, pues que hacer?”, y dejar de subirse al camión y organizarse para irse en raid, o caminar, o sacar la bicicleta o simplemente buscar un trabajo más cerca. O dejar de comprar la “coca o la pecsi” y aguantarse con el agüita. Con dejar de ir al “starbucks” y comprar tu cafecito en el oxxo, o más, hacerlo en casa.
Mucho podemos hacer; hasta salir a la marcha, hasta plantearte a ti mismo si quieres seguir siendo abusado por los que simplemente se sientan a inventar reformas e impuestos para que les paguemos sus casas en la playa, sus carros que cuestan lo mismo que dos casas del trabajador “de a calle”…
Orale, y todo esto y algunas otras cosas me vinieron de tan sólo salir a rodar por mi ciudad, este pinta a que será un año movidito, en las ideas y espero aún más, en las acciones.
Por lo pronto les dejo unas postales que me dan la esperanza de que este bello país puede por fin salir del letargo
Si, la ciudad sigue siendo bella | Una vista del “Viejo”, guardián del valle | La Torre 3, a la espera |