Esta vez rodé en solitario, pero al hacerlo me dí cuenta que realmente no iba solo. Es grato darme cuenta de que esta actividad va convenciendo a mas. Y algo maravilloso de esto de rodar es que es una mezcla entre la camaradería en la compañía y el esfuerzo individual… la charla de los que ruedan y la introspección del rodante…, escuchas las platicas de otros y al mismo tiempo escuchas a tu propio corazón, tu respiración…
Aquí un par de anónimos colegas en la subida a la Torre 1. La torre de vigía Planillas, en el bosque de la Primavera. (abajo link al mapa)
Y en esta ocasión la rodada me reservaba un regalo muy especial. La ciudad amanecía cobijada por una capa de neblina, susurrante viento que apenas y se notaba. El sol no aparecía y eso le daba a la subida una cadencia fresca. El sudor daba un poquito de frío impulsando a no dejar de pedalear para poder conservar el calor. Y conforme subía por la ruta a Torre 1, la cobija de nubes se compactaba… hasta que al dar vuelta en una curva, fue como si viajara en avión y hubiera salido del banco de nubes… solo jirones neblinosos jugueteaban como hadas en el bosque y arriba en el cielo, el eterno azul, como hacia mucho no veía… azul claro, azul y mas azul… la cobija quedaba atrás, o mas bien abajo…cubriendo los sueños de una tierra que esta por despertar. Allá, en la lejanía, las orgullosas cimas de las montañas que, cual vigías, solemnes, firmes y atentos hacen guardia y saludan al nuevo día…
Para conocer mas:
Ruta a Torre1