Uniendo voluntades

A la cita llegamos tres; Liz, Roberrr y yo. Emprendimos la rodada subiendo por la Cebada, para ir agarrando calorcito y despertando a nuestras alumínicas. Fuimos sorteando la subidita conocida, pero con los detalles desconocidos, ya que las primeras lluvias empiezan ya a hacer su magia en las brechas y las van modificando conforme al capricho del camino del agua y su coqueteo con las ramas y rocas que van dejando en los senderos.

Tanto pueden cambiar los senderos de semana a semana que esta vez nos tocó encontrarnos de frente con un joven árbol que al parecer sucumbió a la fuerza del viento y se vino abajo ya en la ruta de la “Mosca”. Unos metros después de la casa de la “impunidad” (y el mal gusto). Este joven roble cayó de pleno sobre la vereda y lo rodeamos. Pero en ese momento se produjo otra magia. Íbamos nosotros tres en ese tramo de la ruta compartiendo con otros cinco ciclistas cuando no recuerdo si de nosotros o de ellos, o de ambos grupos a la vez, se escuchó la voz: “y si lo movemos?”

Eso basto, sin una voz dominante, los grupos nos hicimos uno solo y empezamos a acomodarnos para jalar el árbol y liberar la ruta… “No, muy, muy pesado, aun con el esfuerzo de varios”, pero la magia seguía activa y empezamos a decirnos a nosotros mismos: “Pues vamos trozando rama por rama”, no se armaron comités, no hicimos una junta para organizarnos, no establecimos un cronograma ni separamos actividades entre equipos de trabajo. No había managers ni operarios, ni contratistas. Éramos un grupo de ciclistas unidos para una meta, que al final no era solo para nosotros mismos, sino para también abrir el camino para tantos otros ciclistas que todavía habrían de cruzar por ese rincón del bosque ese día. Simplemente empezamos a jalar rama por rama, donde era necesario nos uníamos más brazos y piernas paWhatsApp-Image-20160619ra tratar de trozar las ramas y luego de 15 minutos, estábamos despejando la vía.

Otros ciclistas iban pasando por ahí, algunos nos veían con curiosidad, y simplemente rodeaban, para seguir su ruta, en otros se veía la duda de si detenerse y apoyar… les ganaba la duda y agachando la cabeza seguían el camino, diciendo entre dientes “G-r-a-c-i-a-s”…. uno que otro más se detenían y  se sumaban al esfuerzo.

WhatsApp-Image-20160619 (1) Fue algo maravilloso, una prueba fehaciente de lo que podemos hacer simplemente uniendo voluntades. Fue un recordatorio de porque me encanta el ciclismo de montaña. Una muestra de que el MTB es algo aparte, es un deporte y un estilo de vida en el que coincidimos personas diferentes, individuos que en el afán de mejorarse a sí mismos, se unen con otros para trabajar juntos, por el bien de todos… hay de todo no lo niego, pero hay muchos que estamos dispuestos a dar unos minutos por el bien rodar de muchos otros durante muchas, muchas horas más!

WhatsApp-Image-20160619 (2)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ro

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post

Cortina de agua

Estampas que a diario nos regala la naturaleza, en algún punto del planeta siempre hay una tormenta por llegar, una cortina de agua que se corre como en un teatro y nos deja una actuación sin igual. Somos invitados a disfrutar cada una de estas tomas, no una cortina, no una tormenta, quizás un sol […]

Simplemente una rodada más

25 de Marzo 2011, un viernes que apenas empieza.7:04am, el sol ya ha despuntado hace unos 8 minutos a mi espalda aunque la sombra del cerro del Palomar aún me mantiene en el fresco del alba.Postes, la caseta de acceso al Bosque la Primavera, nadie mas aparece por ahi, emprendo la rodada mañanera.3 kms. aproximadamente […]

No mas apatios

Hace unos días me encontraba rodando por el rumbo del cerro del Nejahuete y la Geotermía en el Bosque la Primavera. Esta zona fue la “siniestrada” en 2012 por un incendio que afectó alrededor de 8,000 hectáreas y que impactó principalmente esta zona de “nuestro” bosque. Venía ya de regreso de la Torre 2, cruzando […]