Una rodada de domingo

Estamos listos! las 8:30am de un domingo mas. Unos convidados no han llegado, otros no buscados, hemos llegado. Aprestamos nuestros bólidos rodantes quedando prestos para iniciar el ascenso al bosque. Un puñado de ciclistas levanta el polvo. Este se desespereza apenas, como rumiando por tan tempranero arribo. Pero gustoso toma impulso e inicia el baño dominical que en algo nos protegerá de los rayos del sol que se cuelan entre las ramas desprovistas de hojas.

Iniciamos por la Cebada, una subida tranquila, para ir calentando las piernas y acostumbrando las llantas al pedregoso camino que nos llevara a la Mosca, la tradicional y ya añeja ruta por excelencia en este, nuestro bosque. Llegando a la Mosca iniciamos el recorrido y nos vamos intercalando con otros grupos u otros que en solitario decidieron aprovechar este rincón natural. Algunos rostros conocidos, otros no tanto, pero gratamente recibidos, no pasa de un “pista, pista”, para que vayan conociendo el argot de los ciclistas.

Rodamos Mosca con una cuota baja, una caída, un raspón, que no detienen al grupo y nos enfilamos a Toboganes. Ahí se separa el grupo, unos por la ruta tradicional y otros (“Los hombres”, diría el Hojas) por una que yo no conocía y que bueno, por poco y conozco a demasiado detalle, después de despistarme dos veces pero el bosque fue amable y no me cobró mas allá del susto!

Llegamos al final de Toboganes y nos alistamos para el regreso, tomando aire, charlando y disfrutando de los hermosos paisajes que surcan el bosque… Regresamos por la ruta sin nombre, o con muchos nombres… por lo menos no fue Av. Mariano Otero, sino una brecha entre los árboles y las colinas. Regresamos al final de la Mosca para tomar 1/2 Mosca y finalmente bajar de nuevo por la Cebada, un poco más empolvados, más deshidratados, pero también más contentos y con más conocimiento de nosotros, del bosque y de los amigos!

Rodar es la vida, es respirar cada mota de polvo con gozo, saber que cada pedaleo es un paso más hacía uno mismo, es conocerse, es conocer, es entusiasmarse de uno mismo, es valorarse y estar orgulloso de cada quien, y es poder agradecer al bosque pasar dentro de sí.

2 Replies to “Una rodada de domingo”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post

Listos todos

Preparándonos estamos, no porque haya una meta, aunque si la hay, pero la meta no es el final, sino el arranque a nuestro siguiente objetivo. Y lo que más nos nutre en este camino es que no estamos solos… Rodaremos solos algún día, pero siempre estarán los demás por ahí, en el pensamiento, el espíritu […]

Retomando el ritmo

Varias semanas han pasado desde mi último post. Varias rodadas, muchas experiencias, salidas, llegadas, bienvenidas, despedidas. Noticias buenas, algunas no tanto, sensacionalistas otras. Idas y venidas, proyectos que arrancan, otros que se cierran. Es genial vivir tantas cosas en un lapso tan corto de tiempo. Muchas actividades, y no me parece práctico enumerarlas en un […]

Al mirador de Techaluta y de regreso…

¿Cuántas veces habré ya rodado estos caminos y terracerías? He cruzado estas colinas y estos valles muchas, muchas veces… y cada vez es como si fuera la primera vez!!! Tomo mi bicicleta, me impulso a mi mismo en los pedales y tan solo dejo que el camino me lleve hacia adelante, más allá de mis deberes […]