16 de Septiembre 2011… viva Mexico ca’ones!!!! con todo y todo, más allá de los bravucones y los que sin escrúpulos no ven más allá de lo que sus uñas pueden arrebatar de los demás. México es mas que una bola de politicos que no piensan siquiera en el futuro de sus hijos, México esta mas alla de mentes apocadas y egoistas, Mexico es mas que un sueno de muchos hombres y mujeres hacen realidad desde hace cientos de años…
México esta mas allá de esta generación de mujeres y hombres que se devana entre la apatía y la desesperanza, entre la desazón y la energía que nos levanta día a día y nos impulsa a nuestras labores, a correr tras nuestros planes y nuestros retos que invariablemente apuntan hacia los nuestros, a nuestros hijos, nuestros amigos, nuestros padres…
Con toda esa mezcla de emociones, el viernes lo logré, y contra todo pronóstico me levanté para rodar a Torre 3…
Y al inicio, esta tierra mía se entregó una estampa que no tiene igual y de la cual tomé esta instantánea, es mi bosque, no es la Huasteca, ni son los altos de Chiapas o algún rincon mágico de Michoacán, es el Bosque la Primavera recibiendo una de las últimas lluvias de la temporada… y que en esa mañana se engalanó con una llovizna que en momentos se convertía en un chubasco y que en promedio fue una pertinaz lluvia que nos iba refrescando al rodar… que regalo!!!
Más adelante, cerca de la trepada al cerro de San Miguel (que en su cima aloja, para nosotros, la Torre 3) y habiendo rodado poco mas de una hora, hicimos una parada obligada, la llanta delantera de la bici del Fer, quiso besar a la tierra y esta en un arrebato de pasión le dio un pellizco que se convirtió en una mordida a la cámara… En esta ocasión con el techo de nubes y la lluvia que continuaba se trato de una refrescante parada que hasta hizo que mis huesos tiritaran un poco de frío, así que gustoso agradecí cuando terminó la operación de parcheo de la llanta para continuar la rodada :o)
Y así, cumpliendo casi las dos horas, arribamos a la Torre y reservamos unos minutos para descansar y tomar algo de alimento para reponer calorías, así como disfrutar del regalo que es ver los valles de Tala, de Toluquilla, de San Isidro y un poquillo del valle de Atemajac, todos cubiertos de nubes. Aquí descubrí a unos escurridizos jirones que parecían juguetear como serpientes entre las montañas justo debajo de la Torre, que otra prueba se requiere para convencernos de que México, esta tierra que nos cubre y nos rodea, no depende de nosotros para ser maravillosa, más bien somos nosotros quienes dependemos de ella y la necesitamos, para poder realizarnos como seres humanos y ser lo grande que podemos ser?
Ro